Que estas de nuevo en mi vida es evidente, pero como
comprobarás a medida que esta historia transcurra verás
que ya también formas parte de mis sueños… el lugar es
hermoso, una playa de fina arena y un mar de un color
turquesa maravilloso, esa tarde estuvimos en la terraza
de un bar de la playa y ya cuando comenzaba a atardecer
decidimos dar un paseo por la orilla del mar, la playa estaba
vacía y nos parecía que era toda nuestra, de hecho nos
miramos y comentamos que era como nuestro paraíso, nos
sentíamos tan a gusto que comenzamos a saltar como dos
niños, yo me adentré un poco y te salpiqué un poco de agua
comenzamos a reír y a disfrutar del momento nos sentíamos
libres y felices, sin pensar en nada y sin normas que nos
coartasen y no nos dejaran disfrutar del momento de la
libertad y de la felicidad que sentíamos. Cuando llegamos
a las rocas nos sentamos para ver la puesta de sol y
abrazados decidimos pedir un deseo, nos sentíamos tan a
gusto que no nos dimos cuenta de que la temperatura había
bajado sentimos frío y decidimos abandonar el lugar e irnos
a casa, era una casa en una cala de la playa y desde la terraza
teníamos unas vistas maravillosas, nos abrigamos y nos
preparamos algo para tomar, nos tumbamos en la hamaca
juntos abrazados uno al otro dispuestos a sentir el sonido
maravilloso del mar, ese mar que tanto nos atrae y nos une
y que para nosotros es primordial tenerlo cerca, te levantaste
a buscar una suave manta para taparnos y así continuar
escuchando el sonido del mar, nos sentíamos tan felices que
así nos quedamos dormidos hasta el día siguiente que un
maravilloso amanecer nos despertó y nos hizo volver de
repente a la realidad y todos esos sentimientos y todas esas
sensaciones experimentadas se quedarán en mi cabeza y me
tocará esperar por ver si mi deseo se cumple.